Wednesday, October 11, 2006

Museos


Cuando no queda mas que hacer, cuando el corazón del centro cierra sus puertas para que el personal descanse y para limpiar todo en la espera de la sesión nocturna, mi vida queda arrojada a la imaginación.
Son tantos, tantos los años que acompañé a mi padre en sus horas de trabajo en el local, que había olvidado la de cosas que se pueden hacer.
Había olvidado los paseos que se pueden hacer, recorrer simplemente sin norte, sin horizonte, sin objetivos.
Junto a mi padre descubrimos la tienda de los sombreros, las calle de las novias, las tiendas de joyeria, la calle de las mercerias.
Así también los días domingos, junto a mi padre y hermanas, salíamos a pasear por las Alamedas, al Bellas Artes o sino algún otro museo.
Y eso fue lo que he hecho esta semana, dedicarme a cultivar mi mente y espiritu.
Ayer fui al museo de arte y diseño contemporáneo, un mucho moderno para mi gusto pero arquitectonicamente es un sitio hermoso.
Hoy fui al Colegio de San Ildelfonso...... sin palabras.
Un edificio antiquisimo (mi ignorancia no permite precisar edad), hermoso por dentro y fuera y siempre con exposiciones apabullantes. Esta vez solo visite al caserón, al convento. Habían muchos rincones por reconocer, muchos recuerdos de infancia atesorados entre los muros, en sus jardines.
Mañana quiero ir al Bellas Artes, al museo del caballito.
El viernes hare un paseo por todas las anchas Alamedas donde también me encontrare con infinitos recuerdos. Es bonito caminar, cultivarse y hacer memoria, no permitir que todos los recuerdos familiares mueran, por acciones que algunos cometieron.
Eso.

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